jueves, 29 de octubre de 2009

cierro los ojos...

...cuando nos encontramos con la magia pausada de la meditación debemos de poder tener la capacidad que el niño proclama...la creencia del no-estado el cual nos proporciona la necesaria quietud para abandonar los lastres del ego y las pesadas anclas del apego producidas atraves de la innecesaria necesidad de acumulación de actos-deseo sobre nuestra alma... Debemos en el silencio desdisponer del tiempo y del espacio dandonos lugar al estado de intranquilidad que con la practica precederá a los escalones primeros del ser y su naturaleza de vacuidad... En la quietud del ser seremos capaces de concentrar las energías internas en la vacuidad concreta y a la vez difusa de nuestra alma viajera y dual de vidas pasadas.... Cerrando los ojos hayamos el rendimiento necesario para el total desprendimiento y es hay donde el lugar primero nos reconoce y nos ama....en mi silencio convierto mi amor en poderoso y sagrado vacío....namaste

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